Las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra.

Las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra. iStock

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El pequeño pueblo a 1 hora de Madrid que parece la Capadocia de Turquía: un bonito paraje natural ideal para una escapada

Este enclave formado por rocas arcillosas anaranjadas es la culminación de una impresionante ruta de senderismo perfecta para una excursión.

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Una de las mayores maravillas que tiene Madrid es su localización. Estar en el centro de España le permite ser la ciudad por la que todo pasa y a la que todos acuden. Gracias a eso ha ido creciendo generación tras generación hasta convertirse en la gran urbe que es hoy en día. Sin embargo, ser el centro y el eje también le permite estar cerca de todo, incluso de maravillas que muchos desconocen.

Uno de los ejemplos más llamativos se encuentra a tan solo una hora de la capital. Y muchos lo comparan con algunos de los lugares más bellos e impresionantes del planeta. Y es que alrededor de Madrid tenemos algunas maravillas que son desconocidas para el resto de España, pero que son perfectas para una escapada, sobre todo ahora que se acercan el buen tiempo y la Semana Santa.

Con la llegada de un clima más templado y la salida del sol durante más horas, aumentan las ganas de hacer planes al aire libre y de disfrutar de la naturaleza. Todo florece y los paisajes se pintan de verde esperanza. En general, todos los parajes intensifican sus colores y se hacen más agradables y atractivos a la vista.

Por ello, durante esta época, uno de los mejores planes es buscar las mejores rutas para poder disfrutar de la naturaleza en su plenitud. Por ejemplo, caminos y senderos que nos llevan hasta lugares únicos. Y a poder ser, que no estén muy lejos de la gran ciudad para así tenerlos al alcance de nuestra mano.

Uno de los mayores exponentes de eso son las rutas de senderismo que conectan, por ejemplo, Madrid con las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra, a una hora de la capital. Un lugar idílico en el que perderse y donde la naturaleza ha desplegado toda su magia. Tanto es así que a muchos les recuerda a la Capadocia de Turquía, una de las zonas más impactantes del planeta.

¿Cómo son las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra?

A veces despreciamos nuestro país o ciertas zonas del mismo porque desconocemos las maravillas que esconde. Por ello, muchas veces no sería necesario cruzarnos el mundo para disfrutar de algo que podríamos tener en nuestra propia casa. Para ello, conviene descubrir este tipo de lugares como las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra.

Esta zona, que se ha forjado durante siglos por la acción del agua y que está compuesta por tierras arcillosas recuerda y mucho a Göreme, en Turquía. Sin embargo, lo tenemos a una hora de Madrid. De hecho, la ruta más tradicional para llegar hasta ellas arranca en uno de los pueblos más bonitos y populares de la Comunidad, en Patones de Arriba.

Concretamente, el punto de arranque será la Presa del Pontón de la Oliva, construida en el siglo XIX y que se encuentra a solo un cuarto de hora y donde tenemos un amplio espacio para aparcar nuestro coche. Ahí podremos comenzar una ruta de unos 8 kilómetros que nos regalará en todo momento unas vistas impresionantes incluso antes de llegar a las Cárcavas.

La caminata oscila de manera constante entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Guadalajara por un sendero bien marcado y fácil de seguir. Al principio registra un poco más de desnivel, pero después nos ofrece un recorrido plano donde predominan los tonos verdes y marrones.

Una vez llegamos a los espectaculares miradores de las Cárcavas podemos disfrutar de la inmensidad de las rocas anaranjadas que crean esas zonas arcillosas. Por el camino podremos disfrutar de la ermita de la Virgen de la Oliva, un templo del siglo XII de estilo románico que lucha contra el paso del tiempo.

Después de haber recorrido esos 8 kilómetros habremos llegado a nuestro destino, ese que nos hará sentir que estamos en la mismísima Capadocia de Turquía o incluso en Marte. Pero todo sin salir de España y casi sin habernos movido de Madrid. Un paraje marcado por chimeneas rocosas que han sido moldeadas por el paso del tiempo y por las precipitaciones. El paso del agua erosionó el terreno durante millones de años y creó unas ondulaciones entre las que despuntan curiosos montículos anaranjados que hoy forman un paraje maravilloso y único.