
Fachada de Mercadona y Carlos Ríos.
Carlos Ríos, nutricionista: "Comer sano no tiene por qué ser caro ni complicado"
Este creador de contenido popular en España ha elaborado un ranking para informar sobre el mejor yogur de la cadena valenciana.
Más información: Mercadona vende la novedad más esperada del mercado: es ideal para Semana Santa y solo cuesta 1,13 euros.
En el amplio universo de la alimentación saludable, hay productos que, sin acaparar titulares ni protagonizar tendencias virales, mantienen un rol esencial en nuestras dietas. El yogur, ese humilde derivado lácteo, es uno de ellos. Desde el desayuno hasta la cena, el yogur se ha consolidado como un alimento versátil y nutritivo, clave en una dieta equilibrada.
No obstante, y aunque el yogur tiene fama de ser un superalimento, el problema empieza cuando nos topamos con versiones ultraprocesadas, llenas de azúcar, edulcorantes, colorantes y saborizantes artificiales. Ahí ya no estamos hablando del mismo yogur que aporta salud, sino más bien de un postre disfrazado de saludable.
Precisamente, Carlos Ríos, uno de los nutricionistas más conocidos y mejor valorados a nivel nacional, ha elaborado un ranking de los yogures del Mercadona, uno de los supermercados más populares en España. Y no es solo una lista sin más: lo explica todo con fundamento, desmenuzando ingredientes, etiquetas, y exponiendo lo que muchos pasamos por alto cuando llenamos el carro.
¿Cuál es el mejor?
En el vídeo, Carlos no solo señala los peores yogures —llenos de azúcares añadidos, almidones, aromas y poca o ninguna fruta real—, sino que también destaca cuáles son las opciones más saludables, incluso dentro de una tienda donde la oferta puede ser abrumadora.
"Los yogures son muy beneficiosos para tu salud, pero si eliges azucarados o edulcorados, te cargas sus beneficios", comienza diciendo Carlos en uno de sus vídeos publicados en su cuenta personal de Instagram. "Por eso, hay que elegir yogures naturales", añade con firmeza.
Y es que el mensaje no puede ser más claro: el problema no es el yogur en sí, sino cómo lo transforman muchas marcas para hacerlo más "sabroso" o "atractivo" al consumidor, sacrificando en el proceso todo lo que lo hacía saludable.
Carlos insiste en que el yogur natural, sin azúcar ni aditivos, es un alimento real y muy completo, ideal para el día a día. Pero en cuanto se le empieza a añadir azúcar, edulcorantes, colorantes o "sabor a frutas", pierde gran parte de su valor nutricional.

Precisamente, y tras analizar diferentes tipos de lácteos, todos ellos a la venta en Mercadona, apunta que "en el top 1 nos encontramos con el kéfir natural". Tal y como apunta Carlos, es el producto lácteo con "mayor cantidad de probióticos y diversidad de cepas beneficiosas".
Además, al ser un producto cada vez más accesible y disponible en supermercados como Mercadona, ya no es algo exclusivo o difícil de conseguir. Y su sabor, aunque más ácido que el del yogur tradicional, se puede suavizar de forma natural con fruta fresca, frutos secos o una cucharadita de miel.

Lácteos Mercadona.
De hecho, la cadena valenciana Mercadona se ha puesto las pilas en este aspecto y ofrece opciones bastante interesantes —y, lo más importante, accesibles— para quienes buscan mejorar su alimentación sin que eso suponga un gasto excesivo.
En primer lugar, destaca el kéfir natural sabor suave, que se vende en Mercadona por tan solo 1,18 euros el bote de 500 gramos. Un precio más que razonable si se tiene en cuenta todo lo que aporta a nivel nutricional: probióticos, proteínas, calcio y una lista de ingredientes limpia y sin añadidos innecesarios.
Además, para quienes prefieren algo más ligero o están siempre en movimiento, también se puede encontrar en Mercadona la bebida de kéfir natural de 250 gramos por solo 0,85 euros. Una opción práctica, cómoda y perfecta como snack saludable entre comidas o incluso para desayunar con un poco de fruta y avena.
Estas alternativas se están volviendo cada vez más populares entre quienes siguen el movimiento realfooding, impulsado precisamente por Carlos Ríos, que apuesta por consumir alimentos reales, sin procesar o mínimamente procesados.
Y es que, como él mismo suele recordar, "comer sano no tiene por qué ser caro ni complicado, solo hace falta saber elegir bien".