Un niño abraza al Papa Francisco durante una audiencia general en 2023.

Un niño abraza al Papa Francisco durante una audiencia general en 2023. Europa Press

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12 claves de los 12 años del papado de Francisco I: la lucha contra la pederastia, la defensa del pobre y la polémica china

La muerte del segundo Papa nacido fuera de Europa revive un legado progresista, desde los parámetros eclesiásticos, lleno de vítores y reproches.

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Pasaban las ocho de la tarde del miércoles 13 de marzo de 2013 cuando el cardenal francés Jean-Louis Touran pronunciaba ante una Plaza de San Pedro abarrotada el esperado “habemos Papam”. El mundo entero estaba ansioso por conocer al sucesor de Benedicto XVI tras la consternación que había provocado su inesperada renuncia.

Doce años después, la muerte del Papa Francisco a los 88 años termina con un pontificado tan revolucionario como divisivo, marcado por los ataques sin precedentes de una minoría conservadora que probablemente intentará influir en la elección de su sucesor, pero que no podrá borrar el legado del primer pontífice jesuita y latinoamericano de la historia: el “Papa venido del fin del mundo”.

La "primavera" de Francisco, como definieron algunos expertos las reformas emprendidas por el pontífice argentino, abrió las puertas a las mujeres y a los católicos en situación irregular, como los divorciados vueltos a casar. El pontífice inició un proceso de descentralización del poder de la Curia, reformó las finanzas vaticanas para hacerlas más transparentes y hermanó a la Iglesia de Roma con las demás religiones, tendiendo puentes con los católicos de China.

Sin embargo, el primer gran legado de Jorge Mario Bergoglio reside en la misma interpretación de su papel como líder de la Iglesia católica.

1. Sinodalidad y humildad

El papa Francisco acercó como nunca antes el pontificado al pueblo. Hizo de la humildad su mayor seña de identidad convirtiendo en una imagen habitual sus almuerzos con los 'sin techo' en el Vaticano o sus visitas por sorpresa a las iglesias de la periferia romana. Pero no se trataba de simples gestos. Francisco impulsó una reforma de la institución en clave sinodal, que más que una revolución fue un retorno a la misión evangelizadora de la Iglesia en el mundo. El papado dejó de ser imperial para convertirse en el servicio de un obispo normal a la Iglesia universal.

2. Abusos sexuales

La lacra de los abusos sexuales dentro de la Iglesia fue uno de los desafíos más dolorosos a los que se enfrentó el Pontífice, que llegó a expulsar a todos los miembros de la Conferencia Episcopal chilena y pronunciar un histórico 'mea culpa'. Pero la anunciada política de 'tolerancia cero' ante la pederastia clerical se enfrentó con una fuerte oposición interna.

La cumbre que se celebró en 2019 en el Vaticano puso los cimientos de un proceso de renovación profunda, con la abolición por ejemplo del secreto pontificio. Dos años más tarde dio un paso más y aprobó una histórica reforma del Código de Derecho Canónico que estableció que los abusos a menores eran delitos contra la dignidad de las personas. El nuevo texto endureció las penas, amplió los periodos de prescripción y sobre todo incluyó una de las demandas históricas: la indemnización a las víctimas.

3. Reforma de la Curia

La reforma de la burocracia para hacer más eficaz la maquinaria de la curia vaticana, el Gobierno de la Iglesia católica, concluyó con la nueva Constitución apostólica que vio la luz en 2022 tras ocho años de trabajo. El texto abrió las puertas a que cualquier católico, incluidos hombres y mujeres laicos, puedan dirigir la mayoría de los departamentos vaticanos. Esta reforma permitió que en febrero, Francisco nombrara a la monja italiana Raffaella Petrini como gobernadora del Estado de la Ciudad del Vaticano, el principal cargo en la administración civil del territorio.

4. Mujeres, la asignatura pendiente

Aunque con siglos de retraso, Francisco trató de visibilizar la presencia femenina dentro de la Iglesia. La reforma de la Curia vaticana fue el primer paso para permitir que las mujeres pudieran acceder a puestos de mando en las estructuras vaticanas, pero las altas expectativas que despertó la llegada de Francisco desilusionaron a los más progresistas, que esperaban cambios más profundos como la ordenación femenina o la aprobación de las mujeres diaconisas.

5. Homosexuales

Algo parecido sucedió con los homosexuales. La apertura de la Iglesia católica a bendecir a las parejas homosexuales no sólo marcó un hito de su pontificado, sino que también alimentó el malestar entre el sector más conservador de la Iglesia. El Papa autorizó a todos los sacerdotes a realizar “bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo”, lo que implica que podrán ser bendecidas tanto las parejas homosexuales como aquellas formadas por divorciados que se hayan vuelto a casar, otra de las reclamaciones de sectores progresistas dentro de la Iglesia. Sin embargo, matizó el Vaticano, estas bendiciones no podrán ser equiparadas nunca con las de un matrimonio, entendido como la unión entre un hombre y una mujer ni implican un cambio en la doctrina, lo que decepcionó a los colectivos LGTBI.

6. Celibato sacerdotal

Si la apertura a mujeres y laicos ya fue difícil de digerir por los conservadores, la malinterpretada disposición del Papa abrir las puertas a la ordenación de hombres casados desató una guerra fratricida en la que intervino incluso el papa emérito, Benedicto XVI. Finalmente, Francisco no autorizó la ordenación de hombres casados en zonas remotas del mundo para hacer frente a la falta de vocaciones, como sugirió el Sínodo de la Amazonia celebrado en 2019. Una propuesta que según los críticos habría avanzado hacia la abolición del celibato sacerdotal, “un don que la Iglesia latina custodia”, y que Francisco siempre defendió.

7. Diplomacia

Durante la primera parte de su pontificado, Francisco se convirtió en el gran mediador internacional, promoviendo acuerdos históricos como el deshielo entre Cuba y los Estados Unidos de Barak Obama o convocando en el Vaticano al entonces presidente israelí Shimon Peres y el líder palestino Mahmoud Abbas para rezar juntos por la paz. Sin embargo, su liderazgo fue cuestionado en los últimos años tras el fracaso de la diplomacia vaticana para poner fin a la invasión rusa en Ucrania y el genocidio en Gaza.

8. China

En 2018 Francisco logró un acercamiento histórico entre el Vaticano y China, cuyas relaciones diplomáticas, rotas desde hace más de 70 años. No se trató de un acuerdo político, sino pastoral sobre el nombramiento de obispos en el país asiático con el objetivo de favorecer un proceso de diálogo. Pero puso las bases para estrechar lazos con Pekín después de que en 1951 el gobierno de Mazo Zetung rompiera relaciones. Desde entonces, tanto las comunidades católicas locales como el Gobierno chino y la Santa Sede comparten un papel fundamental en el proceso de elección de los obispos.

9. Inmigrantes

Francisco impulsó una nueva geopolítica orientada hacia las periferias del mundo y convirtió a los inmigrantes y refugiados en uno de los pilares de su pontificado. No es casualidad que su primer viaje fuera a Lampedusa. Desde esta isla italiana, meta de los migrantes que intentan entrar en Europa, el pontífice argentino lanzó un potente alegato a favor de la acogida e integración y denunció la “globalización de la indiferencia”. “Sólo me viene la palabra vergüenza... es una vergüenza”, lamentó.

10. Medioambiente

La defensa de la “casa común” también fue otro de los pilares de su pontificado. A ella dedicó su primera encíclica, 'Laudato Sì', publicada en 2015. Francisco reclamó una “revolución verde” y criticó el “uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto a disposición de los hombres en la Tierra”, además de reiterar su compromiso por la “ecología integral”. Cinco años más tarde, introdujo el “pecado ecológico” en la exhortación que publicó tras el Sínodo de la Amazonía.

11. Reforma de las finanzas vaticanas

Durante décadas, las poco transparentes finanzas vaticanas fueron objeto de escándalos e intrigas políticas. Es por eso que una de sus primeras medidas fue renovar el aparato financiero de la Santa Sede con la creación de un Secretariado para la Economía. Francisco aplicó medidas anticorrupción y ordenó el saneamiento del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco vaticano, cerrando hasta 5.000 cuentas fraudulentas. Sin embargo, no pudo evitar que la sombra de la corrupción se extendiera también sobre su pontificado tras el escándalo desatado por un cardenal cercano, Angelo Becciu, condenado por haber autorizado operaciones inmobiliarias millonarias con el dinero de las donaciones de los fieles.

12. Pandemia, una imagen para la historia

El impacto del Covid-19 supuso también un duro batacazo para las cuentas vaticanas, que se financian en parte con el dinero de los turistas, pero sobre todo dejó una imagen para la historia: la del papa Francisco solo, rezando en medio de una plaza de San Pedro completamente vacía. Era el 27 de marzo de 2020 y aquel día Italia alcanzó el pico de muertes por coronavirus en sólo 24 horas; 969.