
Una mujer palestina cuelga la ropa recogida entre los escombros de su casa en la ciudad de Gaza. AFP vía Getty Images
De Gaza a Kiev, el mundo aún se negocia en masculino: las mujeres apenas representan un 9,6% en los procesos de paz
Mientras se rompe el alto al fuego en la Franja, se plantean sanciones a Moscú y se estudia cómo reabrir el diálogo en Sudán, ellas casi nunca están en la foto.
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El mismo día en que se publica este reportaje, 500 mujeres y niñas podrían morir en zonas de conflicto por complicaciones en el embarazo. No es una cifra aislada, sino una estimación que el informe anual sobre las mujeres, la paz y la seguridad del Secretario General de las Naciones Unidas publicó en septiembre, 24 años después de la adopción de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad.
El documento, aprobado por unanimidad, abogaba por el respeto a los derechos básicos de las mujeres en estos territorios y reconocía —por primera vez de manera formal y legal en el organismo— que las partes involucradas apoyasen su participación en los procesos de paz. La realidad hoy, sin embargo, es otra: en 2023, apenas hubo un 9,6% de presencia femenina en las negociaciones internacionales.
Lo constatan los datos más recientes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), que a su vez pueden sumarse al hecho de que, entre 1992 y 2019, el porcentaje de signatarias de acuerdos apenas alcanzó el 6%. En 2023, eran un 26,6%, un aumento que se debe, principalmente, a los acuerdos en Colombia. Si el país se excluye, la proporción de firmantes cae al 1,5%.
Las cifras resultan paradójicas si se considera que la participación femenina puede ampliar la durabilidad de los acuerdos en un 35%, adelantó en 2015 un estudio del International Peace Institute. El documento, en cuyo marco se analizaron 181 acuerdos firmados entre 1989 y 2011, establecía que los procesos en los que se involucraban ellas —como testigos, mediadoras o negociadoras— tenían más posibilidades de llevar a una paz que durase 15 años.
Doblemente invisibilizadas
Las mujeres asumen, en el 91% de los casos, roles activos para sostener a sus comunidades en conflictos como los de Yemen, Siria, Ucrania o Gaza, revela el informe Women in War: Leaders, Responders, and Potential de CARE. Ellas lideran redes de apoyo, ofrecen salud y seguridad, y reconstruyen desde abajo lo que la guerra desgarra desde arriba. Pero su papel rara vez pasa a las mesas de negociación.
Los factores detrás de esto son múltiples, pero todos apuntan al mismo foco: las estructuras históricamente patriarcales que impiden que los sistemas internacionales pongan a las mujeres en el centro. "Su ausencia en estas mesas significa que muchas veces se ignoran sus experiencias, sus perspectivas y necesidades, y estamos hablando de la mitad de la población", advierte Ewa Widlak, directora de ONU Mujeres España.
Desde el comité, alerta de un contexto de "aumento global de la violencia" actual, en el que resulta imprescindible abogar por una diplomacia más diversa. "En 2023, se registraron más de 170 conflictos armados, con más de 600 millones de mujeres y niñas viviendo a menos de 50 kilómetros" de las zonas expuestas. Estamos, a su juicio, ante "un momento muy complicado" para ellas, que sufren doblemente como víctimas por razón de su género.

Mujer ucraniana llora durante protesta en contra de la invasión rusa. Europa Press
La violencia sexual, así como la doméstica y la trata se amplifican en países como Sudán, uno de los más castigados de África por un conflicto que ha desplazado a 12 millones de personas al borde de la hambruna. En Ucrania, otro ejemplo vigente, la sombría amenaza de la prostitución forzada y la explotación reproductiva han llevado en múltiples ocasiones a movilizar a gobiernos como el español para reforzar la protección de los colectivos más vulnerables.
Resignificar una "paz feminista"
Widlak insiste en que las mujeres no deben ser percibidas como meras víctimas, sino también como aliadas de agencias humanitarias y comunidades que arriesgan sus vidas por sostener la paz. Por ello, su inclusión, con la que se comprometieron la resolución 1325 —hace un cuarto de década— y la conferencia de Beijing —en 1995—, es algo que "ONU Mujeres pide a los países desde hace décadas, con compromisos muy concretos", explica.
Desde el comité español reclaman "que haya más mujeres en las mesas de negociación", "más enfoque de género" y una "mayor financiación" para hacer frente a los desafíos actuales. Sin embargo, mientras la ONU recomienda que al menos el 1% de la Ayuda Oficial al Desarrollo se destine a organizaciones locales de mujeres en zonas de conflicto, entre 2021 y 2022 solo se alcanzó el 0,3%.
Insto a todos los implicados en la seguridad mundial para construyan un enfoque femenino de la paz. Es una de las mejores maneras de conseguir un mundo mejor.
António Guterres, secretario general de Naciones Unidas
Lina Gálvez, presidenta de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, recuerda que entre 1992 y 2019, el 70% de los procesos de paz no incluyeron a ninguna mujer. “Es un dato tan llamativo, por no decir erróneo”, denuncia, porque "las mujeres representamos más de la mitad de la población, y los conflictos bélicos nos afectan de forma especialmente dura y diferenciada: las violaciones, los embarazos forzados como arma de guerra…".
Todo eso no se contempla si ellas no están en las mesas donde se negocia la paz. La eurodiputada insiste en que la ausencia de mujeres implica también un vacío en la reparación de las víctimas y en la prevención de crímenes. “No basta con poner el foco en lo militar. La paz y la seguridad no van solo de ejércitos. Hay que resignificar qué entendemos por defensa, y hacerlo más inclusivo, más realista, más vinculado a la vida cotidiana”.
Concluye con una advertencia clara: “En este contexto de retroceso global en igualdad, Europa tiene que ser coherente con sus principios. No podemos hablar de democracia si dejamos fuera de la toma de decisiones colectiva a la mitad de la ciudadanía", zanja, en sintonía con lo que planteaba Roberta Metsola, presidenta de la Eurocámara, cuando insistió, en una entrevista reciente con Magas, en la necesidad de dar voz a más mujeres en la escena política.
En el plano diplomático, pese a que la representación todavía es limitada, se han palpado avances recientes como la creación de la Red Iberoamericana de Mujeres Mediadoras en 2023. La iniciativa, presidida por México, aspira a ampliar la presencia femenina en los procesos de paz. El espacio reúne a diplomáticas, activistas y líderes comunitarias de 12 países —entre ellos España— y busca transformar la arquitectura de paz desde lo local.
Desde la Asociación de Mujeres Diplomáticas Españolas recuerdan que la Unión Europea también ha adoptado compromisos específicos dentro de sus misiones civiles. A través del Civilian CSDP Compact, los Estados miembros se comprometieron a incorporar la perspectiva de género en las operaciones de gestión de crisis: desde la inclusión de asesoras de género hasta la obligación de realizar análisis con enfoque específico. Actualmente, 12 misiones civiles de la UE aplican estas medidas sobre el terreno.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación español ha impulsado múltiples iniciativas al respecto: a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), colaboró en la elaboración del Plan Nacional de Mujeres, Paz y Seguridad 2023-2027 de Chad; ha impulsado reuniones de mediadoras en Níger y Mali con enfoque en acceso a tierra y recursos; y ha firmado un memorando para fortalecer el papel de estas en el Sahel, entre otras acciones.

Las mujeres son doblemente víctimas de los conflictos armados, exponiéndose a violencia sexual, matrimonios forzados y trata. Reuters
En el contexto del Día Internacional del Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz, celebrado cada 24 de abril, la Asociación de Diplomáticos Españoles lanza un mensaje de apuesta por una política exterior feminista: "Es una de nuestras señas de identidad, una fortaleza que valoramos y debemos seguir potenciando. Porque en ámbitos multilaterales y sobre el terreno, la diversidad de voces es una necesidad", expresa Alberto Virella, su presidente.
Aumentan las mediadoras
Si bien en las principales mesas de negociación apenas se sienta una mujer por cada 10 hombres, su presencia es más notable en los equipos de mediación. En los procesos liderados o codirigidos por la ONU en 2023 —como Sudán, Yemen, Libia o los diálogos de Ginebra—, las mujeres representaron el 40% del personal de apoyo a la mediación. Esta diferencia no es casual.
Los equipos técnicos suelen estar menos expuestos a la confrontación política directa, y, en ellos, las competencias en análisis social, gestión comunitaria, resolución de conflictos o enfoque de género son especialmente valoradas. Es allí donde muchas expertas han encontrado una vía de entrada y de influencia real en procesos históricamente interpretados desde el prisma masculino.

Inauguración de la Conferencia Internacional sobre Mujeres, Paz y Seguridad en Manila, en octubre de 2024. ONU Mujeres en Instagram
Aunque siguen sin ocupar el centro del escenario, las diplomáticas están transformando las formas de hacer paz desde los márgenes: acercándose a las víctimas, integrando a la sociedad civil y promoviendo acuerdos más duraderos. Su participación revela que, cuando se abre el espacio, ellas no solo participan: reconstruyen el diálogo desde una mirada que no es indiferente a la mitad de la población mundial.